lunes, 30 de agosto de 2010

SANTA ROSA DE LIMA PATRONA DEL PERÚ, DE AMÉRICA Y DE LAS FILIPINAS


Muy temprano en la mañana fui a la casa de Santa Rosa de Lima, aquella que se ubica en la primera cuadra de la Av. Tacna en Lima, la cual había sido acondicionada tres o cuatro dias antes para recibir a miles de fieles creyentes de la Santa de América. Cuando llegué pude visualizar policias, agentes de serenazgo, caballos con sus respectivos policias, ambulancias, bomberos, perros de serenazgo, reporteros con sus cámaras filmadoras - intentando captar un rostro acongojado o una sonrisa a flor de labios, y ambulantes en grandes cantidades, quienes vendían de todo desde formatos de carta para ser rellenadas a tres por cincuenta centavos, vendedores de lapiceros, tamales y más, todos ellos alrededor de la casa de nuestra bella Rosa. Se dice que en su época Santa Rosa de Lima ayudaba a los enfermos, a pesar de las amonestaciones de su madre: El día en que su madre le reprendió por atender en la casa a pobres y enfermos, Santa Rosa de Lima le contestó: "Cuando servimos a los pobres y a los enfermos, servimos a Jesús. No debemos cansarnos de ayudar a nuestro prójimo, porque en ellos servimos a Jesús". Catecismo de la Iglesia Católica, 2449.

Nació en Lima, Perú, en 1586. Fue la primera santa canonizada del Nuevo Mundo. Aunque fue bautizada con el nombre de Isabel, se le llamaba comúnmente Rosa y ése fue el nombre que le impuso en la Confirmación el arzobispo de Lima, Santo Toribio. Rosa tomó a Santa Catalina de Siena como modelo. Se dedicó a atacar el amor propio mediante la humildad, la obediencia y la abnegación de la voluntad propia. Ingresó a la tercera orden de Santo Domingo y, a partir de entonces, se recluyó en una cabaña que había construido en el huerto de su casa. Llevaba sobre la cabeza una estrecha cinta de plata, cuyo interior estaba erizado de picos, era una especie de corona de espinas. Su amor por el Señor era tanto que cuando hablaba de Él, cambiaba el tono de su voz y su rostro se encendía como un reflejo del sentimiento que embargaba su alma. Tiempo después, una comisión de médicos y sacerdotes examinó a la santa y dictaminó que sus experiencias eran realmente sobrenaturales. El modo de vida y las prácticas ascéticas de Santa Rosa de Lima sólo convienen a almas llamadas a una vocación muy particular. Lo más admirable en Santa Rosa fue su gran espíritu de santidad heroica, porque todos los santos ya sea en el mundo, el desierto o en el claustro, poseen el rasgo común de haber tratado de vivir para Dios en cada instante. Quien tiene la intención pura de cumplir en todo la voluntad de Dios, podrá servirle con plenitud en todo lo que haga. Santa Rosa murió el 24 de agosto de 1617, a los 31 años de edad. El Papa Clemente X la canonizó en 1671.

Muchas personas me preguntan porque ir a la casa de Santa Rosa, que hay de particular allí? Pues bien la respuesta es obvia allí se encuentra el pozo
de los deseos. Este concurrido pozo de 19 metros de profundidad se encuentra a un costado de la Basílica de Santa Rosa de Lima y cientos de fieles echan cartas donde han escrito el milagro que quieren que Santa Rosa les haga. En los alrededores del pozo se encuentra la ermita que construyó la santa limeña con sus propias manos al igual que su jardín de rosas.Cuentan las historias que Santa Rosa se amarró una cadena en la cintura y lanzó la llave del cerrojo al hoy llamado "Pozo de los Deseos", de ahí viene la creencia tan profunda que tienen los fieles respecto al pozo. El año pasado un día similar a este fui a la iglesia San Francisco a escuchar misa a las 6: 50 a. m., por qué tan temprano? porque el padre que realiza la ceremonia a esta hora, realmente enseña mucho con sus comentarios, y allí aprendí algo que la Santa de América mencionará en su oportunidad: las doce ha llegado y mi amado no viene quien será la dichosa que lo entretiene? Ella, de acuerdo al padre, era una especie de poetisa. Humildemente, por propia experiencia, debo de afirmar que nuestra Santa Rosa de Lima, me cumplió el deseo solicitado hace aproximadamente tres años, y hoy fui a agradecer el hecho que haya intercedido por mi ante Jesucristo y por intermedio de él ante nuestro Dios.