No pudo evitar expresarlo como las palabras lo sugieren. Se le quebró la voz, y con entereza prosiguió.
A pesar del dolor que evidenciaba y el coraje que le daba el recordarlo, el Cardenal Juan Luis Cipriani mantuvo la cordura e hizo la reflexión en cuanto a lo ocurrido en las inmediaciones de la parada, estos últimos días. El no respeto a la autoridad hizo que se preguntara ¿Qué nos pasa?, y enseguida pidió "señor siembra la paz".
Como todos los años esta vez salí muy temprano para estar cerca del señor. El permanecer cerca a la sagrada imagen y cerca al cardenal me permitió observar detenidamente las incidencias del día en plena misa, como es costumbre.
El cardenal realizó una vez más el llamado a la no violencia, al respeto por la persona, pero no todos escucharon sus palabras.
Siempre he observado a mucha gente contener sus lágrimas y a otras no
poder más y romper en llanto. Hay melodías y melodías; aquellas que
llegan directamente al corazón y aquellas que te dan tiempo de procesar
la información, pero la siguiente melodía ni bien la escuchas con todo
el tumulto de la gente y en la situación hoy encontrada, no puedes darte
el lujo de procesar nada, sólo dejas que tus sentimientos fluyan y así lo hicieron notar miles de personas el día de hoy.