viernes, 5 de julio de 2013

¿NOS SENTIMOS REPRESENTADOS POR LOS CONGRESISTAS?

En lo particular, considero que los maestros no nos sentimos representados por los congresistas.

Prueba de ello, es que la Ley General de Educación vigente fue hecha sin la consulta suficiente de organismos representativos de profesores en las diversas regiones del país; ocurriendo lo mismo con la Ley de la Reforma Magisterial que teniendo aún aspectos positivos continua siendo motivo de rechazo por un gran sector del magisterio.

Un último caso se observa en la pretendida nueva Ley de Reforma Universitaria, que hasta el momento viene recibiendo observaciones y rechazo por parte de la comunidad universitaria pública y privada del país, y que al pretender crear el sistema nacional de educación universitaria como un órgano adscrito al Ministerio de Educación pone en riesgo la autonomía universitaria y a los fines y funciones que el país reclama al nuevo tipo de universidad que necesitamos. Lo expresado respecto a la adscripción al Ministerio de Educación se sustenta en las grandes limitaciones que hasta el momento tiene dicho Ministerio para concretar las propuestas que viene implementando.

Por lo expuesto, sugiriría a los miembros de la Comisión de Educación y Cultura del Congreso y a los señores congresistas en general, establecer vínculos con el magisterio de las distintas regiones que permitan recoger sus experiencias y opiniones, a fin de contar con leyes en los que nosotros los maestros nos sintamos representados y comprometidos.

AL FINAL NOS SENTIMOS COMO ELLA

CUÁLES SON LOS DESAFÍOS ACTUALES DE LA DEMOCRACIA EN NUESTRO PAÍS?

Los grandes desafíos se dan en cuatro grandes bloques: condiciones estructurales, repercución de las nuevas tecnologías, insatisfacción de la población y en algunos casos con las particularidades culturales y sociales de un determinado lugar.
Uno de los grandes desafíos de gran parte de las sociedades en América Latina y en el mundo, y particularmente en el Perú, que se vinculan con las condiciones estructurales que son necesarias para la plena vigencia de la democracia son la pobreza y analfabetismo: ¿Cómo podemos hablar de igualdad y de condiciones adecuadas para una plena democracia si existe pobreza y analfabetismo? Mientras exista pobreza y más aún extrema pobreza caracterizada con una cruel marginación de grandes sectores de la población de las actividades económicas, culturales, de educación, de salud, vivienda, no puede existir condiciones adecuadas para que se dé la vida democrática en un país.
Mientras haya grandes sectores de desempleo, niños y niñas trabajando o en total abandono; mientras no disminuya los significativos abismos que existe entre unas cuantas personas que viven holgada y dignamente, y, por el contrario, grandes sectores de hombres y mujeres excluidos, con alto porcentaje de mortalidad infantil, grandes niveles de desnutrición y grandes porcentajes de analfabetismo, no podemos hablar de una sociedad democrática.
Mientras no consigamos eliminar el analfabetismo y elevar los niveles educativos de hombres y mujeres del país, mientras la sociedad en su conjunto con sus instituciones sociales políticas, económicas y cada uno de los peruanos no realicemos acciones conjuntas que supere la lacra del analfabetismo, no cambiaremos estructuralmente el país para conducirlo a la vida democrática.
Otro desafío actual es la discriminación. Toda sociedad que busque ser democrática debe oponerse a todo tipo de discriminación por razones de sexo, raza, credo y procedencia cultural. La discriminación genera la marginación de grandes sectores de la sociedad lo que es contrario a la democracia.
La tolerancia es necesaria, implica un comportamiento ético que nos hace ver al prójimo como personas con los mismos derechos que los nuestros, y mucho más en una sociedad pluricultural como la peruana.
Debemos buscar la integración de todos los peruanos, para ejercer en igualdad de condiciones los derechos que la Carta Interamericana Democrática y la Constitución Política del Estado otorga al ser humano sea cual fuere su género, condición política.
Hay que construir una sociedad democrática y una cultura de paz, y para ello el rol de la educación es muy importante sea a través de la familia (como célula básica de la sociedad), sea a través de las instituciones educativas (desde la educación inicial hasta la universitaria) e incluso la sociedad en su conjunto; en caso contrario estaremos siempre alejados de vivir en una sociedad plenamente democrática.

DE REGRESO A LIMA