Los
grandes desafíos se dan en cuatro grandes bloques: condiciones
estructurales, repercución de las nuevas tecnologías, insatisfacción de
la población y en algunos casos con las particularidades culturales y
sociales de un determinado lugar.
Uno
de los grandes desafíos de gran parte de las sociedades en América
Latina y en el mundo, y particularmente en el Perú, que se vinculan con
las condiciones estructurales que son necesarias para la plena vigencia
de la democracia son la pobreza y analfabetismo: ¿Cómo podemos hablar de igualdad y de condiciones adecuadas para una plena democracia si existe pobreza y analfabetismo?
Mientras exista pobreza y más aún extrema pobreza caracterizada con una
cruel marginación de grandes sectores de la población de las
actividades económicas, culturales, de educación, de salud, vivienda, no puede existir condiciones adecuadas para que se dé la vida democrática en un país.
Mientras
haya grandes sectores de desempleo, niños y niñas trabajando o en total
abandono; mientras no disminuya los significativos abismos que existe
entre unas cuantas personas que viven holgada y dignamente, y, por el
contrario, grandes sectores de hombres y mujeres excluidos, con alto
porcentaje de mortalidad infantil, grandes niveles de desnutrición y
grandes porcentajes de analfabetismo, no podemos hablar de una sociedad
democrática.
Mientras
no consigamos eliminar el analfabetismo y elevar los niveles educativos
de hombres y mujeres del país, mientras la sociedad en su conjunto con
sus instituciones sociales políticas, económicas y cada uno de los
peruanos no realicemos acciones conjuntas que supere la lacra del
analfabetismo, no cambiaremos estructuralmente el país para conducirlo a
la vida democrática.
Otro desafío actual es la discriminación.
Toda sociedad que busque ser democrática debe oponerse a todo tipo de
discriminación por razones de sexo, raza, credo y procedencia cultural. La discriminación genera la marginación de grandes sectores de la sociedad lo que es contrario a la democracia.
La
tolerancia es necesaria, implica un comportamiento ético que nos hace
ver al prójimo como personas con los mismos derechos que los nuestros, y
mucho más en una sociedad pluricultural como la peruana.
Debemos buscar la integración
de todos los peruanos, para ejercer en igualdad de condiciones los
derechos que la Carta Interamericana Democrática y la Constitución
Política del Estado otorga al ser humano sea cual fuere su género,
condición política.
Hay que construir una sociedad democrática y una cultura de paz,
y para ello el rol de la educación es muy importante sea a través de la
familia (como célula básica de la sociedad), sea a través de las
instituciones educativas (desde la educación inicial hasta la
universitaria) e incluso la sociedad en su conjunto; en caso contrario estaremos siempre alejados de vivir en una sociedad plenamente democrática.
DE REGRESO A LIMA |
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